Maniquíes de otra época, pinturas realistas y surrealistas, réplicas de coches, muñecos, relojes, cientos de sombreros, máquinas de coser y escribir, cámaras fotográficas, tocadiscos y gramófonos. La decimoquinta edición del Desembalaje de Antigüedades de Asturias arrancó ayer en el recinto ferial Luis Adaro con 39.000 objetos en exposición y precios para todos los bolsillos. «Tenemos piezas de 1 o 2 euros y otras de varias decenas de miles», explicó Josep María Camps, director del certamen, quien evitó destacar un objeto en concreto debido, precisamente, a esa variedad de precios y piezas.
Lo que sí ha advertido Camps a lo largo de estos 15 años es un cambio de tendencia a la hora de comprar. «Antes era una feria de color marrón, de color madera, monocromática. Ahora, en cambio, ha llegado el baño de lo ‘vintage’ y ‘retro’, que conlleva colores distintos y sigue los cánones que marcan las revistas de decoración», apuntó.
A por los 10.000 visitantes
Ello, lejos de ahuyentar a coleccionistas de piezas y obras clásicas -que siguen acudiendo a la Feria en busca de cosas nuevas-, ha servido para ampliar el rango de potenciales clientes. «Nos ha permitido también abrirnos a un público nuevo, más joven y con una dinámica distinta», celebró. A ello, aunque parezca mentira, también ha contribuido la crisis económica. «Nos abrió y abre a nuevas oportunidades. Nos da la posibilidad de poner en venta piezas a las que antes no se les daba el valor que tienen ahora. En estos momentos, se venden más piezas de menor valor que antes», agregó Camps.
Con la vista puesta en esta edición de Desembalaje de Antigüedades, Josep María Camps apuntó que el certamen espera alcanzar los 10.000 visitantes. «No me gusta ser futurólogo, pero es la cifra que alcanzamos todos los años», explicó. El reclamo son las 39.000 piezas traídas por los 92 expositores presentes en el pabellón central, muchos de ellos procedentes de diferentes puntos de España y algunos, incluso, de Alemania, Reino Unido y Francia, a los que el hecho de ampliar el ferial un día más -se extenderá hasta el lunes inclusive- no les ha afectado de forma negativa en ningún momento. «Los gastos derivados de estar más tiempo aquí podrían haber echado para atrás a más de uno. Pero los anticuarios creen en Gijón», destacó Camps.
El horario de apertura del ferial es de 11 a 21 horas. La entrada cuesta 3 euros.